viernes, 16 de diciembre de 2011

El récord del Caso “Récord”

Desde el 24 de octubre del corriente año se celebra la vista pública en el proceso judicial abierto por la contaminación ambiental en El Sitio del Niño, municipio de San Juan Opico, departamento de La Libertad, cuya responsabilidad recae en la sociedad Baterías de El Salvador, S. A. de C. V.. En este caso, el IDHUCA participa como querellante; es decir, en representación de las víctimas afectadas.

Hasta la fecha, luego de ocho semanas de audiencias, se han resuelto diversos incidentes alegados tanto por la Fiscalía General de la República como por la querella y la defensa de los imputados; se trata de alegatos de las partes para que dicha vista pública no se realice o sobre pruebas que no debían admitirse. En todo eso, la que salió mal parada fue la defensa debido a que los jueces declararon nula una prueba pericial que había ofrecido. En ese marco, la defensa de los imputados y de Baterías de El Salvador S. A. de C. V. apelaron para revertir el daño que sostienen se les ha causado en el proceso, lo cual está pendiente de ser resuelto por la Cámara de la Cuarta Sección del Centro con sede en Santa Tecla.

Posteriormente, han declarado doce peritos: diez estadounidenses, uno mexicano y otro salvadoreño. Sus opiniones técnicas han versado sobre análisis especializados realizados en el laboratorio estadounidense ANA-LAB de suelo, ceniza, escoria superficie, agua sangre y cristalografía.

El 13 de diciembre declaró el perito Fabián Ayala, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), quien hizo un análisis de modelación de dispersión de contaminantes de Baterías de El Salvador S. A. de C. V. cuando funcionaba; consistió en obtener datos climatológicos de la zona sobre temperatura, dirección del viento y nubosidad para luego determinar la altura de las chimeneas de los hornos 3 y 4 de la fábrica, así como la de los edificios aledaños. Ello, para establecer los posibles puntos de impacto del plomo emitido por las chimeneas en la zona de El Sitio del Niño, mientras la fábrica estaba en actividad.

Sobre la declaratoria del abandono de la querella de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado, es importante aclarar que esta institución ha apelado para que sea la Cámara de la Cuarta Sección del Centro, con sede en Santa Tecla, la que resuelva si continúa o no participando en el proceso. Sin embargo, la querella que ejerce el IDHUCA en representación de las víctimas integrantes del Movimiento Sin Plomo, no ha sufrido ninguna modificación; por tanto, se sigue siendo parte en el juicio luchando por los derechos de las comunidades representadas.

Se estima, que esta vista pública se prolongue más allá del primer trimestre del próximo año debido a la complejidad del caso. El IDHUCA, por su parte, prepara otras denuncias por el delito de lesiones en las víctimas de El Sitio del Niño siempre contra la misma empresa.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Encuentro de Defensorías de la niñez, adolescencia y juventud, 2011


imágenes del encuentro, nos acompañan Defensorías de San Salvador, Izalco, Colón, Tonacatepeque y Tecoluca. Al rededor, de 100 niños, niñas y jóvenes trabajando por sus derechos!

invitación en el marco del día internacional de las personas con discapacidad

invitación a Homenaje


Juan Chacón, Doroteo Hernández, Enrique Álvarez Córdova, Enrique Escobar Barrera, Humberto Mendoza y Manuel Franco, integrantes de la Dirección Nacional del FDR, fueron secuestrados el 27 de noviembre de 1980 por hombres fuertemente armados vestidos de civil, quienes a plena luz del día ingresaron a las instalaciones del colegio Externado de San José en medio de un operativo realizado por miembros de la Policía de Hacienda. Sus cadáveres, cruelmente torturados, aparecieron el siguiente día en el Parque Centenario de la ciudad de San Salvador y Apulo, Ilopango.

Para recordar a estos seis líderes, verdaderos héroes de la lucha democrática popular, y denunciar tanto a sus asesinos como al Estado salvadoreño que –desde hace treinta y un años– sigue en deuda con las víctimas sobrevivientes en este y tantos casos más, la familia Franco y el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (IDHUCA), invitan al pueblo salvadoreño a participar en el homenaje que realizarán a los dirigentes del FDR.

DÍA: Lunes 28 de noviembre del 2011

LUGAR: Cementerio de Los Ilustres, en el Cementerio General (entrada frente al portón 10 del Mercado Central)

HORA: 4 de la tarde

San Salvador, sábado 26 de noviembre de 2011


invitación a Conversatorio

invitación a charla

jueves, 3 de noviembre de 2011

Radio Revista 27 de octubre

SEMBRANDO FUTURO 27-10-11 by IDHUCA

invitados:

Romel Sandoval (FUNDE) y Melissa Salgado (profesora de Economía de la UCA).
Programa de Seguridad y Prevención de Violencia IDHUCA

martes, 1 de noviembre de 2011

A LA CIDH EN BUSCA DE VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN


El próximo 16 de noviembre se cumplen veintidós años de la ejecución de seis sacerdotes jesuitas, Julia Elba Ramos y su hija adolescente Celina. Y este año los órganos Ejecutivo y Judicial le garantizaron la falta de castigo a sus responsables, al no capturarlos cuando eran reclamados por la Audiencia Nacional de España. Todo ello, sobre la base de una Fiscalía General de la República (FGR) incapaz de hacer su trabajo para lograr dentro del país su enjuiciamiento. Por el perverso funcionamiento de esas y otras instituciones, no sólo los responsables de estos crímenes contra la humanidad siguen intocables; también los de todas las atrocidades ocurridas antes y durante el conflicto armado salvadoreño.

En bien de toda la sociedad y no de un grupo privilegiado, entonces, el momento es más que propicio para impulsar acciones que muevan a la sociedad de la indignación a la acción, frente a un Estado confabulado contra la justicia y atrofiado por la impunidad. No es bueno seguir tolerando que por proteger a violadores de derechos humanos, criminales de guerra y responsables de delitos contra la humanidad, las mayorías populares tengan que morir a diario o sobrevivir en el paraíso de la delincuencia. ¡Sí! Eso es El Salvador y por ello, hoy en día, es el país más violento del mundo aunque no lo quieran aceptar quienes le agachan la cabeza –en la administración pública– a los poderes reales de ayer y ahora.

Considerando lo anterior y con la plena conciencia de que no hay más bases para la paz que la verdad y la justicia, un grupo de víctimas ha juntado sus anhelos y esfuerzos para realizar acciones tendientes a generar conciencia –dentro y fuera del país– sobre la falta de democracia y respeto de los derechos humanos en El Salvador cuando las autoridades estatales, a todo nivel, se niegan a satisfacer sus legítimas demandas. Dichas acciones a realizarse el próximo miércoles 2 de noviembre en Washington, D. C., son las siguientes:

1. Denunciar en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) los casos de Francisco Ventura Reyes, universitario desaparecido en 1980; Rolando González Morales y Carlos Santos Menjívar, jóvenes detenidos y torturados en 1981 y 1983, respectivamente; Roque Dalton García, poeta asesinado en 1975; Félix Antonio Ulloa, Rector de la Universidad de El Salvador, asesinado en 1980; y Mario Zamora Rivas, Procurador General de Pobres, asesinado en 1980. A excepción de Dalton, quien fue ejecutado por el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), el resto de la responsabilidad se atribuye a fuerzas gubernamentales; sin embargo, todas las denuncias son contra el Estado salvadoreño por negarles verdad, justicia y reparación a las víctimas.

2. Conversar con congresistas estadounidenses preocupados por la situación salvadoreña.

3. Conversar con organizaciones de derechos humanos e instituciones interesadas en el combate de la impunidad como Washington Office on Latin America (WOLA), Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y Fundación para el Debido Proceso Legal (FDPL).

4. Conferencia de prensa para dar a conocer los casos presentados en la CIDH y el resultado de las gestiones realizadas como parte del presente esfuerzo.

San Salvador, martes 1 de noviembre del 2011.

viernes, 28 de octubre de 2011

imágenes de Foro "retos del Sindicalismo en ES"

Panelistas: Roberto Zaldaña de Feasies , José Pinzón (Guatemala) Secretario General consejo Unidad Sindical de America Central y El Caribe; Aracely Martínez, Sindicato General de Costureras, Bernabé Recinos del Grupo de Monitoreo Independiente de El Salvador, Tito Ramírez de Bases Magisteriales.

jueves, 27 de octubre de 2011

El Salvador sigue incumpliendo recomendaciones de la Comisión Interamericana en los casos de Monseñor Romero y la masacre en la UCA


Conclusiones de reunión de trabajo entre el Estado y representantes de las víctimas

Washington D. C., 27 de octubre del 2011.

El Estado salvadoreño sigue sin investigar el asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, ocurrido en 1980, ni las ejecuciones de seis sacerdotes jesuitas junto a Julia Elba Ramos y Celina, su hija adolescente, perpetradas en 1989. Estas deudas oficiales fueron reconocidas por autoridades estatales el día de ayer, durante una reunión de trabajo convocada oficiosamente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para examinar el cumplimiento de sus recomendaciones en estos casos y en el de la masacre de Las Hojas, ocurrida en 1983. Además, el Estado aceptó que tampoco ha adecuado su legislación para dejar sin efecto la Ley de Amnistía vigente en el país desde 1993.

El Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (IDHUCA) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) participaron en la reunión como representantes de las víctimas. Ambas organizaciones expresaron su frustración por la falta de avances en la justicia salvadoreña.

En el caso de los sacerdotes jesuitas, su colaboradora y la hija de ésta, las organizaciones señalaron que el Estado incluso ha obstaculizado los esfuerzos de la justicia universal impulsados por la Audiencia Nacional de España, que se encuentra conociendo el caso a raíz de una denuncia presentada el 13 de noviembre del 2008 por el Center for Justice and Accountability (CJA), con sede en San Francisco, Estados Unidos de América, y la Asociación Pro Derechos Humanos de España. En agosto pasado, la Policía Nacional Civil de El Salvador no detuvo a nueve militares acusados por esos hechos contra quienes la Interpol había emitido una orden internacional de captura, a propósito del llamamiento a juicio dictado por el juez de la causa; lo mismo ocurrió en septiembre con otros cinco militares imputados.

En el caso de Monseñor Romero, señalaron que permanece cerrado desde 1993 y el Estado no ha adoptado ninguna medida para cambiar esta situación. Además, indicaron que desde noviembre del 2009 el Estado se comprometió a adoptar medidas simbólicas de reparación, sin que a la fecha se hayan dado avances sustanciales en este sentido.

Las organizaciones denunciaron la inacción estatal para derogar la Ley de Amnistía y señalaron que en junio anterior, se aprobó un decreto legislativo –sancionado el mismo día por el Presidente de la República− que obligaba a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia a decidir las demandas de inconstitucionalidad por unanimidad. Este decreto se impulsó, en buena medida, debido al temor de algunos grupos de poder de que dicha Sala se pronunciara sobre la inconstitucionalidad de la amnistía, aun sin existir demanda alguna en tal sentido. El mismo fue derogado posteriormente como consecuencia de la presión nacional e internacional ejercida.

Las organizaciones manifestaron que el incumplimiento absoluto de las recomendaciones de la CIDH, vacía de significado los actos oficiales de reconocimiento de responsabilidad por las violaciones cometidas por el Estado y las medidas simbólicas de reparación. La representación de las víctimas afirmó que es imposible reparar el daño causado sin la obtención de justicia.

Finalmente, CEJIL e IDHUCA solicitaron a la Comisión Interamericana que se involucre de manera más cercana en el seguimiento de sus recomendaciones pues, de lo contrario, la impunidad seguirá perpetuándose. Ambas organizaciones confían en que la CIDH acceda a su solicitud y que el Estado adopte medidas efectivas y concretas para cumplir sus obligaciones internacionales en derechos humanos.

Particularmente, el IDHUCA demandó que el Estado acompañe la iniciativa de los tribunales internacionales para la aplicación de la justicia restaurativa que promueve desde el 2009, derogue la Ley de Amnistía y apruebe la Ley de verdad, justicia, reparación y dignificación para las víctimas y la sociedad salvadoreña.

Los hechos

El 24 de marzo de 1980, Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez fue asesinado con el disparo de un francotirador integrante de un escuadrón de la muerte, formado por agentes estatales. La muerte de Monseñor Romero fue uno de los hechos más graves previo al conflicto armado interno en El Salvador, que se extendió hasta 1991 y dejó más de setenta y cinco mil personas ejecutadas de la población civil y otras violaciones masivas de derechos humanos.

El caso de la masacre en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” se refiere a los asesinatos de seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras, perpetrados por militares salvadoreños en dicha institución académica ubicado en la ciudad de San Salvador. Los hechos ocurrieron el 16 de noviembre de 1989 en el contexto de la mayor ofensiva armada en la época lanzada por la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), hoy partido en el Gobierno.

La decisión de la Comisión en este último caso fue emitida el 22 de diciembre de 1999; la del caso Romero el 13 de diciembre de 2000.

Para más información sobre el caso Jesuitas ver acá

Para más información sobre el caso Romero ver http://www.cidh.oas.org/annualrep/99span/De%20Fondo/ElSalvador11481.htm

Ver también, CEJIL insta al Estado salvadoreño a dejar sin efecto el Decreto 743 y a evitar acciones que amenacen la independencia judicial

http://cejil.org/comunicados/cejil-insta-al-estado-salvadoreno-a-dejar-sin-efecto-el-decreto-743-y-a-evitar-acciones-

viernes, 14 de octubre de 2011

Radio Revista: Sembrando Futuro




Este jueves 13 de octubre, en la Radio Revista "Sembrando Futuro" (YSUCA, 91.7 f.m.), se abordó el tema "Situación de trabajadores y trabajadoras en el sector público" en el que se discutieron los beneficios de negociar y firmar contratos colectivos cuando el "patrón" es el Estado. Nos acompañaron integrantes del Sindicato de trabajadores y trabajadoras del Ministerio de Hacienda, quienes nos compartieron su valiosa experiencia.

El Programa estuvo a cargo del Centro de Derechos Laborales del IDHUCA.

lunes, 19 de septiembre de 2011

POR EL RESCATE DE LA FISCALÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA


Hoy, 19 de septiembre, Romeo Barahona cumple dos años como Fiscal General de la República; antes fue adjunto durante alrededor de ocho años. La ocasión es propicia para que la sociedad inicie un debate serio e impulse las acciones pertinentes para lograr que esta institución contribuya a hacer realidad las tres aspiraciones del Acuerdo de Ginebra,[1] que tienen en su centro los derechos humanos y siguen siendo las grandes deudas del proceso de pacificación: su respeto irrestricto, democratizar el país y (re)unificar la sociedad.


Esta institución es pieza clave para transitar hacia ese ideal de Nación. Lo es desde la perspectiva global del derecho a la justicia, sobre todo; pero también de otros que dependen de éste y, por tanto, de la superación de la impunidad: vida, seguridad, integridad física y desarrollo económico y social colectivo e individual, por citar algunos de los más evidentes. Y también lo es desde los derechos de las víctimas y de quienes se presuma son responsables de haber cometido un delito.


Sin embargo, sobre todo de 1999 en adelante, quienes han ocupado el cargo no aprueban una evaluación seria por la lenta y deficiente investigación de los delitos, el abuso del criterio de oportunidad y el escaso o nulo uso de la prueba científica. Su ineficacia se revela de forma dramática con los altos índices de homicidios, que colocan al país entre los más violentos en el mundo. A ello se agrega lo que revela el reciente Informe global de competitividad 2011- 2012, publicado por la Universidad de Columbia: El Salvador ocupa el sitio 142 en lo relativo al desarrollo del crimen organizado entre 142 países. Eso ocurre al analizar el desempeño de sus instituciones que deben investigar los delitos y castigar sus responsables.


Pero además, la FGR le garantiza la impunidad a los autores centrales de graves violaciones de derechos humanos, crímenes de guerra y delitos contra la humanidad ocurridos antes de la guerra y durante la misma. Belisario Artiga, es ejemplo de lo anterior porque sentó el precedente de esa práctica fortalecedora de la impunidad con su actuación en el caso de la masacre en la UCA.



En septiembre del 2009, entre fuertes críticas, asumió el cargo Romeo Barahona. El FMLN, en el 2006, rechazó su nombramiento; tres años después cambió de parecer. Barahona no investigó de oficio y en tiempo denuncias sobre corrupción hechas al inicio de su mandato. ¿Por qué, entonces, va a perseguir a los responsables de aquellas atrocidades? Siguió, pues, la práctica de sus antecesores. Eso está claro con los datos iniciales de una investigación: de veintiséis casos de violaciones graves de derechos humanos ocurridas antes de la guerra y durante sus primeros años, ninguno avanza. Hay denuncias en las cuales ni siquiera se ha nombrado fiscal; en un caso, se extravió la denuncia y las víctimas tuvieron que entregar una copia para reponerlo.


Por todo lo anterior –conscientes de que la paz inicia cuando termina la impunidad– convocamos a la sociedad salvadoreña para que reclame se combata la impunidad de forma eficaz, decida e inteligente, mediante el fortalecimiento de la FGR. Eso pasa por:


1. Organizar una campaña nacional e impulsar actividades de impacto para exigir a la Asamblea Legislativa se nombre –por encima de intereses particulares perversos– a la persona idónea que conduzca con un liderazgo valiente y una gestión transparente, eficaz y esperanzadora, ese esfuerzo necesario y urgente para superar la intolerable violencia que castiga a las mayorías populares salvadoreñas, dos décadas después del fin de la guerra.

2. Proponer un mecanismo de elección del o la Fiscal General de la República con participación real de la población, organizada o no, para asegurar una adecuada conducción de la FGR.

3. Impulsar un proceso de fortalecimiento de la FGR.

San Salvador, lunes 19 de septiembre del 2011

[1] Firmado el 4 de abril de 1990, por el Gobierno salvadoreño y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) .


http://www.diariocolatino.com/es/20110919/nacionales/96736/Fiscal-General-criticado-por-altos-niveles-de-impunidad.htm

martes, 6 de septiembre de 2011

Foro sobre ratificación CPI (IDHUCA y PGA)


Ese día celebramos junto con Parlamentarians for Global Action el foro Paz, Democracia, Estado de Derecho y la Corte Penal Internacional, que tuvo como fin sentar bases teóricas e indagar sobre las voluntades políticas para una eventual firma y ratificación del Estatuto de Roma por parte del Estado de El Salvador.Al foro se hicieron presentes estudiantes de derecho, activistas de derechos humanos, investigadores y medios de comunicación.
La mesa de honor estuvo presidida por el Padre Andreu Oliva Sj., Rector de la Universidad y el Diputado Sigfrido Reyes, Presidente de la Asamblea Legislativa.




Se desarrollaron dos interesantes espacios de debate con panelistas de lujo, a saber, senadores de Bélgica, Chile, República Dominicana y El Salvador.

martes, 12 de julio de 2011

Una pareja ejemplar

Hace un mes, el pasado viernes 10 de junio exactamente, se cumplieron diecisiete años del asesinato de un joven salvadoreño alegre y prometedor. Fue en esa fecha de 1994, frente a un buen número de testigos, cuando a plena luz del día cayó mortalmente abatido a balazos Ramón Mauricio García Prieto Giralt. Para entonces las opiniones dentro y fuera del país, en su mayoría, le auguraban un feliz destino a El Salvador después de que los “guerreros” acordaron alzar sus armas. Era una época de esperanza; era la oportunidad para el cambio de verdad. Y eran raras y muy mal vistas las voces críticas que, en ese escenario, ya observaban y denunciaban nubarrones en el horizonte de un proceso que −sin más análisis que el de las partes interesadas y las Naciones Unidas− nos lo quisieron vender como la tan ansiada “pacificación” nacional. Y mucha gente se lo compró como tal.

Entre las expresiones que “desentonaban” en medio de esa “marcha triunfal” oficiosa y oficial, se encontraban las de Gloria y Mauricio. ¿Quiénes eran este par de “pesimistas” entre tanta “dicha y felicidad”? Pues, precisamente, la madre y el padre de ese joven ingeniero cuya ejecución se dio cuando −poco más de un año atrás− la Comisión de la Verdad había presentado su informe y cuando se acababa de conocer el del Grupo conjunto para la investigación de grupos armados ilegales con motivación política; largo y eufemística denominación con la que, los “palabreros” diplomáticos de entonces, se refirieron a lo que no era otra cosa más que los fatídicos y aún impunes “escuadrones de la muerte”.

Esas organizaciones criminales, estructuras bien formadas para el mal que tantas víctimas produjeron antes y durante la guerra, siguieron asesinando después de su fin. Víctimas más conocidas de su accionar durante el inicio de la posguerra, aunque no las únicas, son Francisco Velis y José Mario López; ambos dirigentes del ahora partido en el gobierno, el primero asesinado el 25 de octubre de 1993 y el segundo el 9 de diciembre del mismo año. A excepción de Nidia Díaz, no conozco alguien más que haya hecho algo por reivindicarlos dentro de la exguerrilla, nadie los conmemora. Nidia y la familia Velis, con el apoyo del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas (IDHUCA), empujaron una enfermiza justicia guanaca −cuando se creía que iba a mejorar su salud por los acuerdos de paz− y a fuerza de tenacidad lograron la condena de un curtido policía partícipe fundamental en ese crimen: Carlos Romero Alfaro, alias “Zaldaña”.

Esas ejecuciones ocurrieron en el marco de una campaña electoral en la que por primera vez participaba el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el desarmado, y se redujeron cuando las encuestas de entonces anunciaron el gane del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Era obvio el origen de esas muertes, el cual se comprobó con la condena judicial de “Zaldaña” pese a todos los obstáculos.

Pero ya con Armando Calderón Sol en la titularidad del Órgano Ejecutivo y en víspera de nombrar paradójicamente a un militar como el comisionado presidencial para cumplir los acuerdos de paz en materia de seguridad pública −el general Mauricio Ernesto Vargas− ocurrió la inesperada y brutal muerte de Ramón Mauricio. Ese terrible hecho hizo de Gloria y Mauricio el símbolo viviente de una lucha desafiante y valiente, solitaria y ejemplar en la posguerra salvadoreña. Desafiante porque cuestionaba los “cantos de sirena” gubernamentales y de la antigua guerrilla hecha partido de oposición, dentro del sistema al cual se oponían; desafiante, además y sobre todo, porque sin miedo a nada ni a nadie dejaron claras sus sospechas de la autoría intelectual de su tragedia. Valiente por eso, pues estaban tocando lo intocable en una época cuando el principal señalado era aún un “poderoso” firmante de los acuerdo de esa su “paz”.

Pero también solitaria porque solos, ambos, lograron llegar hasta donde poca gente logra llegar en estas tierras. Quizás sea injusto absolutizar. Ciertamente ha habido alguna solidaridad con su causa; pero ha sido poca, muy poca. El esfuerzo de Gloria y Mauricio García Prieto no fue bandera de lucha de ningún partido electorero; ni siquiera del supuestamente más “radical” como pretende presentarse uno, pese a que su discurso es cada vez menos creíble. A pesar de los pesares −obstáculos y amenazas, calumnias y todo lo demás− Gloria y Mauricio llegaron casi en la más absoluta orfandad hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos y lograron, sin ser un caso de la guerra, sentar en el “banquillo de los acusados” al Estado salvadoreño. Sin otra compañía más que la verdad, esta pareja intachable logró condenar a un sistema de justicia que se negó una y otra vez a impartirla por proteger a un oscuro criminal.

“El Estado −estableció esa respetable Corte− violó los derechos a las garantías judiciales, a la protección judicial y a la integridad personal consagrados en […] la Convención Americana sobre Derechos Humanos […] en perjuicio del señor José Mauricio García Prieto Hirlemann y la señora Gloria Giralt de García Prieto”.Además, ese mismo Estado “violó los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial consagradas en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humano, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento y el derecho a la integridad personal consagrado en el artículo 5.1 de la Convención Americana, por el incumplimiento del deber de investigar las amenazas y hostigamientos sufridos por el señor José Mauricio García Prieto Hirlemann y la señora Gloria Giralt de García Prieto”.

Su lucha, Gloria y Mauricio, también ha sido y sigue siendo ejemplar. ¿Por qué? Pues porque desde su dolor y su decencia, su cólera y su legítima terquedad, inspiraron y siguen inspirando a tanta gente más en su lícita y necesaria rebeldía frente a la impunidad. Lo lograron con la mamá de Adriano Vilanova y la de Katya Miranda; también con el papá de William Gaitán y la familia del cadete Erick Mauricio Peña Carmona. Y con tanta gente más que ya perdió el miedo y está dispuesta a pelear con todo lo lógico y −sobre todo− lo genuino de una causa que para avanzar no depende de ningún “analista” ni de gobernante alguno; que para ganar, no requiere de “falsos profetas” ni defensores de derechos humanos de puro discurso.

Gloria, Mauricio…. ¿No se han dado cuenta de algo? ¿No saben que Ustedes dos, par de gente buena y tan necesaria, le han hecho un gran bien a este país? El “caso García Prieto” le comenzó a quitar la careta a la bestia que se quiso disfrazar de un Estado respetuoso de los derechos humanos. Con su íntegro e incansable batallar, comenzaron a derrotar la impunidad que quisieron consolidar los criminales y sus cómplices de antes y de ahora mediante la auto y negociada amnistía del 20 de marzo de 1993, que siguen defendiendo a capa y espada este “gobierno” y esta “oposición”. Cualquier persona, medianamente informada sobre lo que ocurre en el país los conoce; conoce su lucha y al monstruo que enfrentan desde hace tantos años. Su decidida y permanente denuncia trascendió y trasciende las administraciones de Calderón Sol, Flores, Saca y Funes.

Y no sólo son ejemplo de amor por la justicia en El Salvador; también lo son más allá de sus fronteras. Los quiere y admira mucha gente que estuvo y está en el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, el conocido CEJIL que se encuentra en plena celebración de sus dos décadas de existencia y que los ha acompañado desde 1996; también muchas personas que fueron y son parte del sistema interamericano de protección de derechos humanos. Este sistema aún exige y espera ver un cambio real en nuestro país.

Y es que más allá de la retórica y las invocaciones a monseñor Romero como su “guía espiritual”, el actual Gobierno no ha cumplido hasta ahora la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dictó condenando al Estado salvadoreño, por el asesinato de Ramón Mauricio García Prieto. No lo ha hecho, igual que Antonio Saca desde noviembre del 2007 hasta que terminó su mandato al final de mayo del 2009. Bueno, en realidad ni el anterior ni este Gobierno cumplieron nada de fondo en este ni en otros casos ventilados en el sistema interamericano.

Quienes acusaron a Saca de incurrir en desacato al no obedecer las recomendaciones de la Comisión Interamericana en el caso de nuestro arzobispo mártir, hoy están en el otro lado y no hacen algo que los distinga en lo esencial de los de antes. Ya van más de dos años de pura labia; han tenido siete meses más que Saca para cumplir y nada. Y su verborrea se las desmonta fácil, en un dos por tres, la dignidad de Gloria y Mauricio García Prieto desde su indeclinable valor y compromiso con la verdad y la justicia. Ya quisieran un poquito de eso quienes fueron firmantes de una paz que, digan lo que digan, nunca llega a este sufrido país.

Benjamín Cuéllar

lunes, 20 de junio de 2011

Inauguran Diplomado







En horas de la mañana, el pasado viernes 17 de junio se inauguró el VI Diplomado de Derechos Humanos e Investigación Criminal, organizado por el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (IDHUCA) en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), el Instituto de Medicina Legal “Dr. Roberto Masferrer” (IML), la Policía Nacional Civil (PNC) y la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP).

Presidieron el acto José Miguel Fortín Magaña, director del IML; Carlane de Parada, subdirectora de la Escuela de Capacitación Fiscal; Luisa Carolina Arévalo, jefa de la División de Estudios de la ANSP; César Baldemar Flores, en representación del director general de la PNC; y Benjamín Cuéllar Martínez, director del IDHUCA.

Estas personas recibieron en el evento, las respectivas copias del convenio de cooperación entre las cinco instituciones, que entre sus propósitos se plantea realizar esfuerzos conjuntos para fortalecer la coordinación del trabajo en lo relativo a la investigación del delito; también actualizar y profundizar los conocimientos de las y los participantes en dicha materia, con enfoque de derechos humanos.

Esta actividad académica que arrancó su sexta edición con la participación de 47 personas, 31 hombres y 16 mujeres, finalizará el 11 de noviembre del presente año. Quienes participan en la misma realizarán, junto a las clases teóricas que se impartirán, actividades prácticas como la presentación de casos e intercambiarán experiencias desde cada institución. Además, el conocimiento personal y la confianza que se generan entre las alumnas y los alumnos facilitarán a futuro –como ha ocurrido en los eventos anteriores– el trabajo de campo y eso redundará en beneficio de la población que es víctima de la inseguridad producto del accionar criminal.

Pánico a la justicia, defensa de la dignidad


En este país, a diferencia de otros que sí son normales, el solo asomo de una posible justicia para las víctimas excluidas a todo nivel lo pone de cabeza. Trastoca el poco orden establecido, derriba mitos, desenmascara liderazgos con pies de barro, señala profetas impostores, saca a flote intereses mezquinos, desnuda personalidades alteradas, rompe relaciones… En fin, pone a temblar a quienes tienen deudas con la misma o están en la posibilidad cierta de tenerlas −hoy o después− por su actual posición en cualquier nicho de poder y por los abusos que puedan cometer o están cometiendo desde ahí. Si permitimos que eso siga así, estamos muy mal. Si no nos plantamos como pueblo soberano y digno, como ciudadanía activa o como poder real −que cada quien le diga como quiera− ya sabemos cuál es el destino porque, sin duda, conocemos muy bien este camino.



“Los manejos menos visibles son más difíciles de probar, aunque son evidentes. En esta campaña se utilizó la mentira, la calumnia, la amenaza, todo medio disponible, contra las autoridades del país, contra los responsables más directos de la nueva orientación y, en general, contra todos aquellos que podían suponer un apoyo al cambio social”. ¿Les suena? Pues eso es parte de lo que escribió Ignacio Ellacuría hace más de treinta y cinco años, en aquél célebre “¡A sus órdenes mi capital!”. Sin duda, ese texto perfectamente puede ser considerado para analizar los acontecimientos que hoy en día se están produciendo en el país.


¿Ha habido confabulaciones secretas o, dicho coloquialmente, “movidas turbias” en la gestación y el manejo de una crisis provocada por quienes tiemblan al asomar una justicia constitucional independiente, imparcial y sana para la democracia? ¡Claro que sí! Porque tiemblan y reaccionan criminales de guerra, responsables de violaciones de derechos humanos y delitos contra la humanidad −de uno u otro bando− junto a sus cómplices, patrocinadores y encubridores. Mauricio Funes en campaña hizo suyo el heredado cliché de “no abrir heridas” y ha cumplido, reiterando cada vez que puede ese compromiso; casualmente (¿?) lo hizo un día antes de sancionar el espurio intento legislativo por “cercar” a la Sala de lo Constitucional, al final de su discurso por los dos años de estar sentado en la silla presidencial. No puede ni debe, entonces, darse “baños de pureza” insinuando la posible tranza entre Alfredo Cristiani y dicha Sala para garantizarle más impunidad a éste y a otros.


Pero además tiemblan los poderes ocultos o no tan disimulados, cuyos grandes capitales podrían afectarse si se da marcha atrás a la “dolarización” y si se revisan o revierten los tratados de libre comercio con potencias del norte o del sur del continente. Tiemblan también quienes pactaron llegar al gobierno y están en el mismo, ofreciendo “no tocar” todo eso y otros asuntos que han sido y siguen siendo “intocables”.


Los “manejos” que Ellacuría denunció en su momento continúan vigentes como prácticas entre las élites. De nuevo y como siempre se ha mentido sobre temas cruciales para las víctimas y calumniado a una verdadera autoridad, como esa que hoy emana de la Sala de lo Constitucional. Con su desempeño, cuatro de sus integrantes son responsables directos de una nueva y ansiada orientación de la justicia. Una justicia por la que entregó su vida el guía espiritual de este pueblo sufriente y no de gobiernos complacientes como el actual. Una justicia por la que, junto a Romero, también asesinaron a las y los mártires de la UCA. Una justicia por la que, sobre todo, ejecutaron y desaparecieron tantas personas humildes y anónimas cuyas familias siguen clamando precisamente eso: justicia.


A estos magistrados que −siempre en palabras de Ellacuría− “podían suponer un apoyo al cambio social”, los quieren amarrar. Y si los atan a ellos, le estarán lanzando un muy mal mensaje a las y a los jueces “de a pie”. Sólo el pueblo salvadoreño, construyendo y ejerciendo su poder, es capaz de evitarlo. Hoy en día hay indignación contra quienes le tienen miedo a la justicia, dentro y fuera del territorio nacional; la hay, mucha y con sobradas razones. Pero la indignación −que no es mala− puede resultar inútil si no se transforma en pasión por la justicia y en acción creativa, decidida e intransigente hasta alcanzarla.


Entonces, ¿qué hacer? ¿Imitar o innovar como antes? ¿Imitar a la gente española indignada o la de otros pueblos que en sus condiciones han hecho gala de ingenio y creatividad? Sí y no. Sí en el fondo; no en la forma. Me explico. En España ocupan masivamente la Plaza del Sol y otras principales en un día, manteniendo la protesta hasta donde quieren y deben. Acá no llenamos ni siquiera la Plaza Italia, que es un pequeño arriate ubicado casi frente al sitio donde −hace unos días− Funes militarizó la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos. ¿Es mayor la indignación allá? Quizás no.


En nuestro país hay inseguridad, iniquidad e impunidad hasta para regalar. ¿O no? Entonces, ¿qué pasa? ¿Será que acá no le interesa a la población cambiar una realidad tan negativa como la que le han impuesto irresponsables gobiernos y capitales egoístas? Yo veo tres frenos que le impiden a la necesaria protagonista –la juventud salvadoreña− construir poder y ser la fuerza que se preocupe y trabaje, se manifieste y proteste, se lance en pos del verdadero cambio que es muy distinto al que le prometieron en noviembre del 2007. Se trata del real, el cierto, el que nace desde abajo y desde adentro de las necesidades y el dolor de las mayorías populares; no del que cada vernáculo político oportunista y su séquito ofrecen una y otra vez, en su afán por crearse un raquítico pero lucrativo “reinado”.


Insisto: me parece que tres son los frenos que dificultan el que −por ahora− se dé en el nuestro lo que en otros países ha ocurrido y está ocurriendo. El primero: la impunidad para los violadores de derechos humanos que, desde el aparato estatal, hicieron lo que quisieron en 1932 y de 1972 en adelante sin que hayan tenido que pagar por sus inmensas culpas. Eso pesa mucho en el imaginario colectivo. El segundo: la condición económica y social de la mayor parte de nuestra juventud que si consigue dinero para ir al “ciber”, seguro que dedicará tan “preciado” momento a otras cosas. Es poco probable que se dedique a discutir sobre el desencanto con la “esperanza” que ofreció este señor o a promover la organización popular en torno a la actual e inmensa indignación nacional. Ello, en un país donde –según me cuentan− sólo el 3% de su población ingresa a Internet y donde esa precaria proporción tiene que ver más con el sector empresarial. Por último, está el freno político: el de los partidos –léase FMLN y ARENA, sobre todo− y de una sociedad “oegenizada” pero no organizada, que para mí constituye una “tercerización” de las legítimas demandas de verdad y justicia de las mayorías populares en sus diversos ámbitos.


Es hora, pues, de superar esquemas tradicionales de lucha en defensa de la dignidad humana y de unas instituciones cuyo precio en sangre y dolor es altísimo. Si dejamos morir solos a estos cuatro magistrados dignos –no por ellos, que valen la pena, sino por el país− la dignidad de la sociedad salvadoreña seguirá siendo atropellada por los poderes ilegales, inmorales y criminales.


Y de nuevo, citando a Ellacuría, “sigue siendo hora de trabajar por un robustecimiento de la conciencia colectiva; sigue siendo hora de promover la organización popular y campesina; sigue siendo hora de fortalecer la estructura del Estado […]; sigue siendo hora de recordarle al Gobierno que no tiene −hoy menos que nunca− el más mínimo derecho a reprimir a quienes están exigiendo lo que él mismo les ha dicho que es absolutamente debido e irrenunciable. Sigue siendo hora de hacer todo lo posible para que no vuelva a repetirse este escandaloso, vergonzoso, injusto: ‘¡A sus órdenes, mi capital!’". Finalizada la cita, cabe decir que el capital es capital y ordena, sin importar de quién sea. ¡Ay de aquellos que le obedecen!

viernes, 10 de junio de 2011

TRIBUNAL DECLARA NULIDAD EN CASO RECORD

El 30 de mayo del presente año, el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla inició la vista pública en el proceso penal contra los imputados Hugo Reynaldo Trujillo Díaz, Arturo Marenco Carballo y José Edgardo Brito Menéndez; también contra la Empresa Baterías de El Salvador, S.A. de C.V., como responsable civil subsidiario. El delito que motivó esa acción: contaminación ambiental en perjuicio de la naturaleza, el medio ambiente y –en consecuencia– de las personas que habitan en varias colonias del cantón Sitio del Niño, municipio de San Juan Opico, departamento de La Libertad.

El 2 de junio, dicho Tribunal declaró la nulidad total en algunos aspectos y parcial en otros. Lo hizo, en respuesta a la solicitud de la defensa de los imputados porque --según esa autoridad judicial− no se había cumplido con lo regulado en el artículo 263-A del Código Penal el cual exige, para iniciar la acción penal correspondiente, el agotamiento del proceso administrativo en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) regulado en la Ley de Medio Ambiente, aplicando en tal sentido una ley derogada por considerar que es más favorable a estas personas y a la empresa.

Por lo anterior, el IDHUCA y el MOVIMIENTO SIN PLOMO (MSP) consideran que tal resolución carece de fundamento lógico y jurídico, ya que ese Tribunal colegiado resolvió aplicar un precepto legal que se encontraba derogado. Además, el proceso administrativo se siguió contra la Empresa y los procesados eran empleados de alto rango en la misma.

La resolución trae como consecuencia jurídica la invalidez de todos los actos realizados desde la presentación del requerimiento fiscal; además, suspende el proceso hasta que se realice –según el Tribunal– el procedimiento administrativo por el MARN. Ayer el IDHUCA y el MSP apelaron contra dicha resolución, para que la Cámara competente revoque la nulidad declarada.

Las víctimas directas e indirectas en este caso se encuentran llenas de indignación y seguirán desarrollando una acción legítima, hasta recibir la justicia que se merecen: su lucha valiente va a impedir que las instituciones obligadas a impartirla, se la sigan negando.

San Salvador, viernes 9 de junio del 2011.

lunes, 23 de mayo de 2011

A la cabeza de la bestia

El pasado lunes 16 de mayo, el periódico digital "El Faro" publicó un amplio reportaje sobre el llamado "Cartel de Texis". El mismo trata sobre una estructura del crimen organizado bien montada en la zona noroeste del país, que comprende varios municipios de los departamentos de Chalatenango y Santa Ana. La crónica contiene abundante información con nombres y apellidos de los integrantes de una mafia, que incluye funcionarios policiales y judiciales además de "empresarios" –entre comillas– y miembros de maras. De este trabajo periodístico se desprenden elementales interrogantes que, sin duda, no serán respondidas a menos que la sociedad salvadoreña lo exija como es debido.

La primera: ¿Desde cuándo? No desde cuándo se investiga esta red, pues eso aparece en la información de “El Faro”. Mas bien, ¿desde cuándo existen estructuras como la que ahora salta a la luz pública? La respuesta es sencilla: desde que las instituciones estatales fueron convertidas en un aparato organizado criminal para violar derechos humanos. Y desde que ese uso delincuencial de las instituciones fue cubierto por el manto de la impunidad, también institucional, en aras de favorecer grupos privilegiados de poder económico mediante la preservación de una situación social contraria al bien común. ¿Será suficiente, entonces, remontarse hasta 1932?

Con las riendas del país en las manos y en función de una retorcida doctrina de “seguridad nacional”, que planteaba el exterminio de cualquier oposición individual o colectiva, el saqueo de las arcas nacionales era lo lógico. Quien pidiera cuentas corría el riesgo cierto de ser víctima desaparecida o ejecutada; en el “mejor de los casos”, de ser torturada para aparecer luego dando fe pública de la “honradez” del régimen Por violadores de derechos humanos y corruptos, fueron condenados Alberto Fujimori y Augusto Pinochet. El primero está en la cárcel; el segundo murió antes, pero fue enterrado en el basurero de la historia hasta por sus defensores cuando descubrieron que –además de asesino– era un ladrón de altos vuelos. Y para que no digan, también está el dictador rumano Nicolás Ceauşescu; tras un juicio sumarísimo fue fusilado con su esposa, el 25 de diciembre de 1989.

A esos dos rostros del crimen organizado súmenle el del tráfico de drogas, personas, órganos humanos, vehículos, armas, basura y demás. Surge entonces la otra cuestión: ¿adónde están los “capos” salvadoreños? Si no se ha escudriñado en ninguna de las tres facetas de esa alta y muy bien estructurada delincuencia, han permanecido y se encuentran en la más absoluta tranquilidad que les brinda una impunidad bendecida o aceptada por todos los poderes de antes y de ahora, reales y formales. He ahí una de las causas profundas de los males nacionales.

En esto hemos insistido, tanto quien escribe estas líneas como mucha gente con quien ha platicado al respecto, sin que se nos escuche. No creo que andemos tan perdidos si, por citar algo, en Guatemala y México los “zetas” fueron “kaibiles” o pertenecieron a otro tipo de tropas élites gubernamentales e insurgentes. ¿Dónde andarán las tropas especiales y ordinarias de los bandos que se enfrentaron en la reciente guerra salvadoreña, quizás la más “peleada” de todas las ocurridas en lo interno de los países de la región? ¿Estudiando filosofía o dedicadas al cultivo del arte? ¿Meditando sobre los valores de la vida y del “más allá”? ¡Por favor! Si son personas excluidas social y políticamente pero “mano de obra” barata, experta y abundante en materia de violencia, lo lógico es que anden en eso. ¿O no?


¿Y las instituciones del Estado encargadas de investigar y sancionar a quienes siguen nadando en esas aguas?, es otra pregunta. ¿Tienen los recursos, la capacidad, la voluntad y –sobre todo– el valor de hacerlo? En el marco del entramado estatal salvadoreño, todos los caminos conducen a la Fiscalía General de la República para generar más incógnitas. ¿Por qué su titular, Romeo Barahona, no ha instalado aún la infraestructura necesaria para iniciar las escuchas telefónicas? ¿Por qué se opone a la creación de una comisión internacional para combatir la impunidad? ¿Por qué, en lugar de negarse a ello, no propone algo mejor? ¿Por qué no se gana, con un trabajo eficaz, la confianza para que sea él quien dirija dicha entidad?


Sobre el “Cartel de Texis”, un periodista de “El Faro” le comentó que el Ministro de Justicia y Seguridad Pública –Manuel Melgar– responsabilizó a la Fiscalía de retardar las investigaciones desde el 2000. ¿Por qué le respondió Barahona que sólo puede dar explicaciones desde que asumió el cargo, si durante un largo período –en el cual también se debió indagar sobre esta estructura criminal– él fungió como adjunto de dos titulares en la institución? Por último, ¿por qué eligieron a Barahona para una misión tan vital para salvar al país, como es la de combatir la impunidad con todo? ¿Qué se negoció en Casa Presidencial para nombrarlo?


Hay otras interrogantes que nos preocupan y que más adelante deberán comentarse. ¿Vamos o estamos ya en una nueva guerra, sin que aún no hayamos salido bien de la anterior? En esa línea, ¿se va a continuar apostándole a la Fuerza Armada como la solución? ¿Pretenden seguir pegándole a la bestia del crimen organizado en las patas, sin tocarle la cabeza? Soldados abundan; generales hay pocos. De seguir así, lo único que van a conseguir es que la fiera se tropiece y se levante más encolerizada. Sino, miren lo que está pasando en México.


Sería bueno que quienes conducen el país, respondan con claridad y fundamento antes de que inicie la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos. Sobre todo, porque El Salvador será su sede y porque su gobierno propuso como tema de la misma “La seguridad ciudadana en las Américas”. No vayan a terminar siendo “candil de la calle y oscuridad de su


Publicado en ContraPunto

viernes, 20 de mayo de 2011

Importante foro


Exposición de esfuerzos locales de prevención de violencia.

El IDHUCa con el apoyo de CECI, RTI, la Municipalidad de Santa Tecla, y USAID realizaron el foro: Organizaciòn Local, Una estrategia de Prevenciçon de la violencia.



En esta actividad hubo un intercambio de experiencias de los municipios Colón, Puerto El Triunfo y Santa Tecla y al que acudieron representantes de sociedad civil, cooperación y población en general.