Sobresueldos y otras hierbas
Publicado por: Diario CoLatino, 29 noviembre de 2016 en la
sección Opiniones.
José M. Tojeira
En repetidas ocasiones he tocado el tema de los sobresueldos
con políticos tanto de ARENA como del FMLN. Siempre animé a las personas con
las que hablé a insistir en sus partidos en que pusieran mejores salarios a los
Ministros (no sabía que los fiscales también cobraban) y funcionarios altos del
gobierno. El miedo era siempre a las críticas que se podrían recibir si se les
doblaba públicamente el salario a este tipo de empleados. Que un ministro
ganara menos que un magistrado de la Corte Suprema o que un diputado con puesto en la
dirección de la Asamblea
me parecía ridículo. Y más ridículo todavía que tuvieran que pagarle en sobre
oculto, sin registro y sin poder declararlo en la declaración de renta (algo a
todas luces ilegal). No sabía los montos que se entregaban, lo que me hacía
pensar que andaba entre los dos mil o dos mil quinientos dólares más en la
actualidad. Desde mi ingenuidad pensaba que sería un complemento igual para
todos, pero no estas cifras arbitrarias que según el anterior fiscal oscilaban,
al menos en lo que a él correspondía, a una suma astronómica: entre 10.000 y
20.000 dólares.
Vinculada a esta actividad sabía que estaba la que
anteriormente llamábamos partida secreta. Una crítica mía bastante fuerte a
dicha partida, publicada en un periódico, me valió una carta de Mauricio Funes
manifestando su inconformidad. Sabía también que de esa partida se pagaba
ilegalmente al Organismo de Inteligencia del Estado (OIE). Y digo ilegalmente
porque toda institución del Estado creada por una ley de la República debe aparecer
en el presupuesto nacional. Y el OIE, desde que fue creado por decreto
ejecutivo en 1992, apoyándose en una ley de la república que le daba al
presidente la facultad de organizarlo y dirigirlo, nunca apareció en el
presupuesto nacional. E incluso después, cuando fue necesario, a partir de un
reclamo constitucional, refundar la
OIE desde una decreto legislativo, la OIE continuó siendo la gran
desaparecida del presupuesto nacional, cometiendo con ello todos los gobiernos
y las sucesivas Asambleas Legislativas una violación de la Constitución. Si
se quisiera mantener en secreto el presupuesto de la OIE , incluso con respecto a la Asamblea Legislativa ,
habría que hacer una reforma constitucional.
Este modo de actuar tanto en los sobresueldos, como en estos
gastos secretos de la OIE
que salen de la misma partida, denominada por la gente como secreta, se presta
indudablemente a que se produzca corrupción. Ciertamente la transparencia y la
claridad de las cuentas se enturbia y puede incluso desaparecer. Además
conlleva una especial dependencia de los funcionarios. Si un Fiscal recibe
entre 10 y 20.000 dólares extra de parte del Ejecutivo, tiene un dependencia
mayor del mismo que si tuviera un salario autónomo. Un Ministro que recibe un
sobresueldo que pueda ser varias veces superior a su salario oficial, tiene una
dependencia tanto del partido como del Ejecutivo demasiado fuerte. Es cierto
que no todos los ministros han tenido sobresueldos. Pero la tendencia ha sido a
darlos, aunque algunas personas los hayan rechazado.
Aunque en nuestro país hay muchas cuestiones pendientes, la
de la transparencia es fundamental para ganarse la confianza ciudadana. La
gente tiene la experiencia de que los fondos se utilizan mal. Las publicaciones
sobre las mentiras y los gastos oscuros del actual y reciente presidente de la Asamblea Legislativa
no sólo ensombrecen a su persona, sino en buena parte a la Asamblea Legislativa ,
incapaz de censurarle. Una comisión de ética parlamentaria que tenga la
capacidad y la voluntad política de medirles las costillas a algunos diputados
es imprescindible para mejorar la imagen de la Asamblea. Los
delitos y faltas cometidos por los ciudadanos deben tener sanción. Pero los de
los diputados y funcionarios debían ser juzgados con mayor rigor que la del
resto de los ciudadanos por estar al servicio de la ciudadanía y traicionar la
exigencia constitucional de “notoria honradez” (Art. 126). Pero esa misma
“notoria honradez”, más allá de los delitos, exige una supervisión intraparlamentaria
seria. No se puede decir que se va a hacer un viaje, recibir dinero para
hacerlo, y después quedarse con el dinero y no devolverlo. Los rateros, sean
diputados o delincuentes callejeros, no pueden ser tildados de honradez
notoria. Aunque viendo la definición principal de ratero que da la Academia de la Lengua , resulta difícil
aplicarla a un diputado. Pues el diccionario dice que ratero es “el que hurta
con maña y cautela cosas de poco valor”. Un diputado que miente para quedarse
con dinero ni tiene maña, ni es cauteloso, ni generalmente se queda con cosas
de poco valor.
Un remedio de largo plazo es invertir más en educación.
Conocer responsabilidades, recibir educación en valores, además de mejorar la
calidad de la enseñanza nacional, es una urgencia en El Salvador. Pero además
de eso hay que actuar en el plazo inmediato. Corregir la costumbre de los
sobresueldos o de los presupuestos indeterminados como el de la OIE , crear una comisión de
ética en la Asamblea
que realmente funcione, son medidas que debían tomarse de inmediato. No es, por
supuesto, suficiente para corregir toda una serie de problemas en los que las
causas se llaman desigualdad, bajos salarios, pobreza y violencia. Pero al
menos se contribuiría a ganar confianza ciudadana en que las cosas funcionan
desde las leyes, normas y valores de la democracia, y no desde el capricho y la
arbitrariedad. Y la confianza ciudadana al final es la que puede volcar la
situación del país hacia un desarrollo sostenible. Un amigo mío, por cierto del
FMLN, habla siempre de la necesidad de buscar una correlación de fuerzas
positiva para mejorar la situación de país. Si no hay confianza ciudadana ni la
correlación de fuerzas nos llevará a buen fin.