miércoles, 24 de junio de 2009

¿QUÉ DIJO? ¡QUÉ VERGÜENZA!


“Habría mecanismos que le trato de decir, la excusa o el impedimento que pudimos haber señalado nosotros, pero que en el caso no cabe”. Así intentó explicar su posición, en el marco de la conflictiva y peligrosa coyuntura generada –de forma irresponsable y descarada– por quienes pretenden seguir garantizando la impunidad en el país para favorecerse y favorecer a ciertos grupos de poder. ¿Quién las pronunció? El “flamante” presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Agustín García Calderón, cuyo mandato termina en seis días.


Pero quiere quedarse nueve años más. Para eso, dice cosas incomprensibles como la anterior y maniobra de manera intolerable. Haciendo un laborioso ejercicio de traducción y comprensión, parece que pretendió argumentar que no es juez y parte –junto a su colega Julio Acosta Baires– en el proceso de amparo mediante el cual han entrampado la elección de cinco miembros propietarios y sus respectivos suplentes, quienes deberían integrarse a la CSJ el primer día del próximo mes.


El también impresentable Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) reclamó que ambos no intervengan en la decisión de dicho amparo, por haber expresado abiertamente su interés de seguir en la Corte. Pero no, quieren estar e inclinar la balanza a su favor; para eso han hecho y deshecho de todo.


Al igual que lo actuado durante su paso “dirigiendo” el “máximo” tribunal salvadoreño, quien en menos de una semana dejará ese cargo –¡ojala!– hoy recurre a su cantinflada retórica para justificar lo injustificable, ¿Por qué no le hace el favor a la sociedad, retirándose sin contribuir a empeorar la crisis institucional? Suficiente con la situación económica y la inseguridad, para vivir en permanente preocupación. Si a eso le agregan –él y sus colegas cómplices, junto al CNJ y la Asamblea Legislativa– el daño que le están haciendo con sus chanchullos a un sistema de justicia enclenque, este país nunca cambiará. Es el mismo egoísta y perverso manejo de los partidos políticos, que también ha impedido el nombramiento del Fiscal General de la República.


Así, ¡por favor! ¿cómo enfrentará el presidente Mauricio Funes el crimen organizado y la delincuencia común? Esas dos lacras que tanto daño le están haciendo a la niñez, a la juventud y a toda la sociedad salvadoreña, deben estar festejando que –sin ninguna vergüenza– se mantenga ese círculo vicioso integrado por la falta de democracia de los mencionados partidos políticos, la elección de funcionarios de segundo grado en la Asamblea, el mal trabajo de las instituciones que llegan a “dirigir” y la mayor frustración y pérdida de credibilidad entre la población. Es necesario, entonces, romperlo con experiencias sociales exitosas en la lucha por la justicia y el respeto de los derechos humanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente comentario, es la pura verdad, es evidente que el actual presidente de la CSJ, y sus "compinches", en contubernio con cierto sector de la derecha, han creado el aparente impedimento (el traido y llevado recurso de amparo...) que "felizmende" aducen los diputados para no elegir a los magistrados de la misma.

El nivel de cinismo ha llegado a su máxima expresión, ya que están conscientes que sus actuaciones son inconstitucionales, y aún así persisten en aparentar que están acutando conforme a la Constitución, cuando la realidad evidencia que actúan servilmente a oscuros intereses,

Por suerte el tiempo los está alcanzando y pronto se irán sin más pena y sin ninguna gloria.

Lástima que pocos son las personas que como ustedes, se atreven a denunciar estos chanchullos; si los generadores de opinión hicieran lo mismo, otro gallo nos cantara.

Felicitaciones y sigan adelante.

Jueces encachimbados.