Mirla Carbajal
Abogada del Equipo de Procesos
de Justicia del IDHUCA
Recientemente el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de
Washington, el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Grupo de
Análisis de Datos de Derechos Humanos, con el apoyo de organizaciones para la
defensa de los derechos humanos en El Salvador como el Comité de Ex Presos Políticos
de El Salvador (COPPES), el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana
“José Simeón Cañas” (IDHUCA), la
Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), entre
otras, hicieron pública la existencia del ”Libro Amarillo”, que es un documento
creado presuntamente por el archivo del servicio de inteligencia militar en el
año de 1987, que contiene la identificación de 1857 personas con nombres y
fotografías, consideradas durante el conflicto armado como Delincuentes
Terroristas (D/T ).
Según las primeras investigaciones realizadas y como
resultado de la comparación del contenido del “Libro Amarillo” con las
denuncias recibidas durante el conflicto armado por organizaciones de derechos
humanos y la Comisión
de la Verdad, se
ha podido establecer que 274 de las personas cuya fotografía aparece, fueron
torturadas; 233 fueron desaparecidas y 273 fueron ejecutadas extrajudicialmente.
Y aunque muchas son señaladas como delincuentes terroristas –así eran llamadas
las personas organizadas que se oponían al régimen–, no todas eran miembros de
la guerrilla, sino que en los registros se encuentran líderes sindicales, líderes
religiosos, docentes, estudiantes, defensores de derechos humanos y otros.
Desde la aparición del “libro amarillo” en varios
medios de comunicación, se han conocido diversas reacciones, unas que niegan la
existencia del libro, aduciendo que es producto de la imaginación de algunos, y
otros, que lo consideran una prueba de la responsabilidad del ejército
salvadoreño en las graves violaciones a derechos humanos y la vinculación de
éste con los escuadrones de la muerte.
Pero, ¿cuál es la importancia de la existencia de
este documento para las víctimas que siguen pidiendo verdad, justicia y
reparación al Estado salvadoreño? La importancia en primer lugar, es que, entre
más víctimas puedan identificarse en el libro, éste tendrá mayor respaldo de
veracidad y nadie podrá dudar de su legitimidad y del uso del mismo por parte
de los cuerpos militares y paramilitares responsables de tantas violaciones a
derechos humanos.
Pero lo más importante, es que el libro constituye
una prueba de la existencia de archivos militares sobre víctimas de violaciones
a derechos humanos en la década de los ochenta. Y fortalece la hipótesis de que
existen archivos sobre los operativos militares realizados durante el enfrentamiento
armado, en los cuales ocurrieron masacres, agresiones sexuales, desapariciones
de niños y niñas, y, desplazamientos forzados de la población civil. Contrario
a lo que afirmó el Ministro de la Defensa
Nacional sobre la no existencia de archivos militares ante diversas
instancias como la Sala
de lo Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia y el Instituto de Acceso a la Información Pública
(IAIP).
El señor Presidente de la República y Comandante
en Jefe de la Fuerza Armada
de El Salvador, puede y debe exigir la apertura de los archivos militares que
permitan esclarecer lo sucedido durante la guerra civil, quiénes fueron los
responsables de las violaciones a derechos humanos y el destino de los y las
desaparecidas, como una medida de reparación importante a las víctimas y
sobrevivientes.
La población salvadoreña debe seguir exigiendo
conocer la verdad sobre las graves violaciones a derechos humanos que
sucedieron durante el conflicto armado. Seguir exigiendo al señor Presidente de
la República
que ordene la apertura de los archivos militares, pues, no puede existir
reconciliación sin conocer la verdad.
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