lunes, 13 de octubre de 2014

EL LIBRO AMARILLO ¿UNA BRECHA EN EL MURO DE LA IMPUNIDAD?




Mirla Carbajal
Abogada del Equipo de Procesos de Justicia del IDHUCA
 


Recientemente el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington, el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos, con el apoyo de organizaciones para la defensa de los derechos humanos en El Salvador como el Comité de Ex Presos Políticos de El Salvador (COPPES), el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (IDHUCA), la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), entre otras, hicieron pública la existencia del ”Libro Amarillo”, que es un documento creado presuntamente por el archivo del servicio de inteligencia militar en el año de 1987, que contiene la identificación de 1857 personas con nombres y fotografías, consideradas durante el conflicto armado como Delincuentes Terroristas (D/T ).

Según las primeras investigaciones realizadas y como resultado de la comparación del contenido del “Libro Amarillo” con las denuncias recibidas durante el conflicto armado por organizaciones de derechos humanos y la Comisión de la Verdad, se ha podido establecer que 274 de las personas cuya fotografía aparece, fueron torturadas; 233 fueron desaparecidas y 273 fueron ejecutadas extrajudicialmente. Y aunque muchas son señaladas como delincuentes terroristas –así eran llamadas las personas organizadas que se oponían al régimen–, no todas eran miembros de la guerrilla, sino que en los registros se encuentran líderes sindicales, líderes religiosos, docentes, estudiantes, defensores de derechos humanos y otros.

Desde la aparición del “libro amarillo” en varios medios de comunicación, se han conocido diversas reacciones, unas que niegan la existencia del libro, aduciendo que es producto de la imaginación de algunos, y otros, que lo consideran una prueba de la responsabilidad del ejército salvadoreño en las graves violaciones a derechos humanos y la vinculación de éste con los escuadrones de la muerte.

Pero, ¿cuál es la importancia de la existencia de este documento para las víctimas que siguen pidiendo verdad, justicia y reparación al Estado salvadoreño? La importancia en primer lugar, es que, entre más víctimas puedan identificarse en el libro, éste tendrá mayor respaldo de veracidad y nadie podrá dudar de su legitimidad y del uso del mismo por parte de los cuerpos militares y paramilitares responsables de tantas violaciones a derechos humanos.

Pero lo más importante, es que el libro constituye una prueba de la existencia de archivos militares sobre víctimas de violaciones a derechos humanos en la década de los ochenta. Y fortalece la hipótesis de que existen archivos sobre los operativos militares realizados durante el enfrentamiento armado, en los cuales ocurrieron masacres, agresiones sexuales, desapariciones de niños y niñas, y, desplazamientos forzados de la población civil. Contrario a lo que afirmó el Ministro de la Defensa Nacional sobre la no existencia de archivos militares ante diversas instancias como la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP).

El señor Presidente de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada de El Salvador, puede y debe exigir la apertura de los archivos militares que permitan esclarecer lo sucedido durante la guerra civil, quiénes fueron los responsables de las violaciones a derechos humanos y el destino de los y las desaparecidas, como una medida de reparación importante a las víctimas y sobrevivientes.

La población salvadoreña debe seguir exigiendo conocer la verdad sobre las graves violaciones a derechos humanos que sucedieron durante el conflicto armado. Seguir exigiendo al señor Presidente de la República que ordene la apertura de los archivos militares, pues, no puede existir reconciliación sin conocer la verdad.

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