Este acto de justicia y dignificación se realizará dos días después de conmemorarse dieciocho años de la firma del Acuerdo de Chapultepec, al final del enfrentamiento armado. Desde entonces, no se han deducido responsabilidades por esta masacre; al contrario, de manera sistemática las autoridades se han negado a buscar la verdad e impartir justicia. En ese marco de impunidad, estos procesos permiten a las víctimas procesar su duelo y conocer qué pasó con sus seres queridos, enterrarlos dignamente y tener más argumentos para exigirle a las instituciones cumplir su mandato constitucional.
En Chalatenango se hará un estudio criminológico para establecer las causas de la muerte de estas personas, el tipo de heridas en su cuerpo, el proceder de sus victimarios y la clase de armamento utilizado para ejecutarlas.
Estas acciones deberían ser impulsadas o acompañadas por el Estado, propiciando que las víctimas ocupen su lugar: el de las mejores y más dignas protagonistas de la historia salvadoreña. Además, deben servir como base para un verdadero proceso de reparación y conciliación de la sociedad. Es necesario que, de ahora en adelante, se conozca la verdad y se reconozca la honradez y el valor de las víctimas.
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