Ha
sido extraordinaria noticia la declaración martirial de Monseñor
Oscar Arnulfo hecha en Roma recientemente. Una noticia esperada desde
hace mucho tiempo y que es en parte un gesto de justicia tanto para
Mons. Romero como también simbólicamente para miles de víctimas y
sobrevivientes de nuestro pasado inmediato.
Debemos
recalcar la declaración de martirio. Romero es asesinado no sólo
en razón de su fe, sino que es asesinado por odio a la fe.
Lo más curioso es que ese asesinato fue acuerpado, y sigue siendo
notoria la oposición por parte de grupos con una mentalidad conservadora que
además se consideran viviendo una fe auténtica. Vale la pena por tanto
ahondar en esta declaración in odium fidei.
- La fe que es odiada por otros, aunque se llamen cristianos, es la que desde las entrañas busca la justicia y la verdad con misericordia en la perspectiva de la paz. Hay algunos sectores que reivindican un tipo de fe que se vive a espaldas de las injusticias. La justicia de Romero es la que brota de la fe. Romero pedía la justicia para los más pobres. Decía Mons. Romero: la gloria de Dios es que el pobre viva.
- La fe que es odiada por otros es la que reconoce la diversidad, las diferencias y que busca la paz con justicia. Como bien establece la UNESCO, cultura de paz exige diálogo como medio para resolver los problemas políticos y que renuncia a toda forma de violencia y formas represivas para enfrentar los problemas sociales. Hacía el llamado Mons. Romero “frente a una orden que nos den de disparar, les suplico, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión”.
- Por tanto, es una fe que está llamada a ser vivida en la historia no sólo pensando en el más allá. Por ser vivida en la historia está pendiente de los dolores, tragedias, gozos y esperanzas de los hombres y mujeres. De todos y todas. No sólo de los buenos, ni siquiera de sólo los católicos, ni siquiera de sólo los cristianos.
Por
tanto, la enseñanza que nos deja la declaración es (1) buscar esta
unión de fe y justicia (2) reconocer la diversidad y la necesidad de
buscar salidas por el diálogo, no por la represión y (3) la fe es
para vivir en la historia con todos y todas.
Los
esfuerzos que separen fe y justicia, que prefieran abandonar el
diálogo y excluir grupos y personas no es la fe de San Romero de
América.
Luis
Monterrosa
Director
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